El pueblo tseltal pertenece a la familia maya. Actualmente son el grupo indígena más numeroso en Chiapas, 34% de los habitantes del estado piensan la vida en tseltal. Los tseltales se definen a sí mismos como los “Bats’il Winiquetic”, los hombres verdaderos, o bien “Pas C’altic Winiquetic”, los hombres que hacen milpa ya que la vida comunitaria y familiar está organizada alrededor de la siembra del maíz.
Al igual que muchos de los pueblos indígenas de México, y del mundo, las comunidades tseltales han sido históricamente sometidas a estructuras de dominación y empobrecimiento por lo que, a lo largo de los años, han tenido que organizarse para resistir y recuperar la propiedad y destino de su territorio. La manera de ser de los tseltales ha sido determinada por el lugar histórico que configuró sus formas de resistencia y sobrevivencia.
Para estas comunidades la actividad más importante es la pequeña agricultura familiar diversificada: producen maíz, frijol, calabaza, chile e incluyen cultivos comerciales como el café. Al igual que muchas familias campesinas, los esquemas de producción son para el autoconsumo, por lo que la diversidad de cultivos es fundamental para asegurar la riqueza en el alimento y evitar depender de un solo producto.
La cultura es la costumbre del pueblo. Representa las creencias, saberes, prácticas, tecnologías indígenas, las ceremonias rituales, el carnaval, las fiestas del calendario ceremonial de cada pueblo, las obras de arte y la medicina tradicional.
El saber vivir en armonía, en tseltal se le llama lequil cuxlejalil, se basa en nociones propias como las de respeto, trabajo, comunidad, y un particular sentido de llevar el alma al cuerpo y saber manifestarse, todo lo cual identifica a una persona de bien.
Las relaciones entre familias es regida por un profundo sentido colectivo y de ayuda mutua.
La moral tseltal respeta la verdad, la humildad, el respeto a lo ajeno y se guía por un sentido de justicia. El individuo es parte inseparable de la comunidad, son personas, redes de relaciones reales. No desgastan energías buscando el lucro, se dedican a conseguir la vida digna.
El trabajo de Capeltic y de Yomol A’tel en el territorio tseltal encuentra su origen en la Misión Jesuita de Bachajón que, desde 1958, ha acompañado el caminar y resistir de 600 comunidades en la región Selva Norte de Chiapas.
El trabajo de la Misión ha sabido acompañar la espiritualidad de un pueblo que ha sabido organizarse para mantener sus estructuras económicas, culturales, religiosas, espirituales, políticas y sociales, para defender su territorio y para proponer alternativas integrales a un sistema que no se ha planteado el respetar y hacerse a la forma de ser (stalel) de las familias tseltales.
Son estas comunidades tseltales de la Selva Norte de Chiapas las que cultivan el café que, tras mucho trabajo y un meticuloso cuidado, llega a las cafeterías Capeltic como una apuesta económica y social para tomar en sus manos el destino de su territorio.